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Ejercicio en la tercera edad: clave para una vida activa y saludable

Con el paso de los años, nuestro cuerpo cambia: perdemos masa muscular, la movilidad se reduce y el equilibrio puede verse afectado. Pero estos cambios no significan que debamos resignarnos a la inactividad. Al contrario, mantenerse en movimiento es una de las mejores formas de preservar la independencia, prevenir caídas y mejorar la calidad de vida en la tercera edad.

Como fisioterapeuta, veo cada día los beneficios que el ejercicio aporta a las personas mayores: mejora de la fuerza, mayor seguridad al caminar, mejor estado de ánimo e incluso mejor sueño. Lo importante es adaptar los ejercicios a cada persona, priorizando movimientos de bajo impacto que no generen dolor ni fatiga excesiva.

Aquí te comparto algunos ejercicios sencillos, seguros y eficaces para realizar en casa o al aire libre. Eso sí, siempre es recomendable consultar con un profesional antes de comenzar cualquier rutina, especialmente si existen condiciones médicas previas.

  1. Marcha en el sitio con apoyo.

De pie, apoyado/a en una silla o encimera, levantar las rodillas alternativamente como si se caminara en el lugar. Realizar entre 1 y 2 minutos a ritmo suave. Este ejercicio activa la circulación, mejora la coordinación y calienta el cuerpo antes de otras actividades.

  1. Elevación de talones.

De pie, sujetándose a una superficie estable, elevar los talones del suelo hasta quedar en puntillas y luego bajar lentamente. Repetir 10-15 veces. Fortalece los músculos de la pantorrilla, esenciales para la marcha y el equilibrio.

  1. Sentadillas asistidas.

Sentarse y levantarse de una silla lentamente, sin usar las manos si es posible. Realizar 10 repeticiones. Mejora la fuerza en piernas y glúteos, lo que facilita tareas diarias como levantarse de la cama o subir escaleras.

  1. Movilidad de hombros.

Sentado/a o de pie, hacer círculos amplios con los brazos (como si se nadara en el aire). También se pueden elevar los brazos hacia arriba y bajarlos lentamente. Ideal para mantener la movilidad articular en hombros y mejorar la postura.

  1. Equilibrio estático.

De pie, sostenerse en una pierna durante 10 segundos (con apoyo si es necesario). Alternar con la otra pierna. Repetir 3 veces por lado. Este ejercicio ayuda a prevenir caídas fortaleciendo la musculatura estabilizadora.

La importancia de la constancia

No es necesario hacer ejercicio durante horas. Con dedicar 20 a 30 minutos al día, de forma regular, los beneficios son enormes. Además, combinar estas rutinas con caminatas suaves y actividades que generen placer, como bailar, también contribuye al bienestar físico y emocional.

Recordemos que moverse es un derecho y una necesidad a cualquier edad. El cuerpo agradece cada pequeño esfuerzo. Y si se hace con una sonrisa y, mejor aún, en compañía, ¡los beneficios se multiplican!

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