¡Muy buenas a todos, soy Marta y hoy vamos a intentar aportar unos pequeños tips para pasar un verano lo más saludable posible!
El verano es una época maravillosa para desconectar, viajar, disfrutar del buen tiempo y pasar más tiempo con amigos y familia. Pero también puede convertirse, sin darnos cuenta, en la excusa perfecta para dejar de entrenar y romper con los hábitos que tanto esfuerzo nos costó construir durante el año. ¿Te suena familiar?
Si sientes que te cuesta seguir tu rutina en estos meses, no estás sola. Hoy te comparto algunas estrategias prácticas para mantenerte constante sin dejar de disfrutar del verano. Porque sí, ¡es posible entrenar y vivir la temporada al máximo!
- Reformula tu objetivo pero no lo abandones.
Tu cuerpo no necesita el mismo ritmo que en otras estaciones, y eso está bien. En vez de presionarte con metas estrictas, adapta tu objetivo. Por ejemplo: cambiar “perder 3 kilos” por “mantenerme activa 4 días a la semana”. Esto alivia la sensación de obligación y te conecta con tu bienestar, no con la exigencia.
- Cambia el formato, no el hábito.
Si no puedes seguir tu rutina habitual de gimnasio o entrenamiento en casa, busca alternativas creativas. Caminatas largas al atardecer, nadar en la piscina, hacer un circuito funcional en la playa o simplemente estiramientos por la mañana también cuentan. Lo importante es moverte.
- Adapta el horario a tu verano.
El calor puede ser un gran enemigo del entrenamiento. Lo ideal es aprovechar las primeras horas del día o el atardecer, cuando la temperatura baja. También puedes aprovechar el tiempo de descanso (como después de una siesta) para hacer una rutina corta en sombra o interior. La clave es ser flexible y realista con tu agenda estival.
Usa el “mínimo efectivo” para mantenerte
No necesitas entrenar una hora todos los días para mantener tu forma. Una sesión de 20 minutos bien aprovechada es suficiente para activar tu cuerpo y cuidar tu salud física y mental. ¡Más vale poco y constante que mucho y nada!
Motívate con el entorno
Entrenar en verano puede ser una oportunidad para romper la rutina. Disfruta del paisaje si estás de vacaciones, entrena en grupo con amigos o cambia la playlist por algo más alegre y veraniego. Hacerlo divertido ayuda a mantener la constancia.
Recuerda por qué empezaste
Volver a tu motivación inicial —ya sea sentirte fuerte, mejorar tu salud, ganar confianza o liberar estrés— te recordará que entrenar no es una obligación, sino una inversión en ti. No lo veas como una carga, sino como un acto de autocuidado.
En resumen, constancia no significa rigidez. Significa seguir adelante, adaptando tus hábitos a cada etapa del año. Este verano, permítete ser flexible, pero no olvides moverte. Tu cuerpo y mente te lo agradecerán en septiembre (y siempre).
¿Te animas a moverte con nosotros este verano?