¡Buenas a todos! Soy Dani y hoy os traigo un tema que considero bastante interesante, ya que me lo pregunta mucha gente: ¿es buen entrenar fuerza si previamente tenemos agujetas?
Primero que nada, vamos a definir qué son las agujetas. Estas se definen como dolores musculares de aparición tardía (DMAT) o en inglés como DOMS (Delayed Onset Muscle Soreness), son una sensación de dolor y rigidez muscular que se experimenta después de un ejercicio físico intenso o no habitual. Este dolor generalmente aparece alrededor de 24 a 48 horas después del ejercicio y puede durar varios días. Las agujetas son comunes en personas que inician un nuevo programa de entrenamiento o que realizan ejercicios que implican movimientos excéntricos intensos, como las sentadillas o las bajadas de escaleras.
Las agujetas son causadas por pequeñas lesiones en las fibras musculares y el tejido conectivo debido al estrés y la tensión que se ejerce sobre ellos durante el ejercicio. Estas lesiones desencadenan una respuesta inflamatoria en el cuerpo, lo que resulta en dolor y sensibilidad en los músculos afectados. Además del dolor, las agujetas también pueden manifestarse con otros síntomas, como hinchazón, debilidad muscular temporal y dificultad para moverse con normalidad.
En cuanto a la recomendación desde el punto de vista de la fisioterapia, es importante tener en cuenta que las agujetas son un fenómeno normal y esperado después de un ejercicio intenso o no habitual. En la mayoría de los casos, las agujetas desaparecen por sí solas sin necesidad de tratamiento específico. Sin embargo, hay medidas que se pueden tomar para aliviar el malestar y acelerar la recuperación.
El descanso es fundamental para permitir que los músculos afectados se reparen y se recuperen. Durante este período, se recomienda evitar realizar ejercicios que puedan sobrecargar aún más los músculos doloridos. También es importante mantenerse hidratado y tener una dieta equilibrada para proporcionar los nutrientes necesarios para la recuperación muscular.
La aplicación de frío o calor puede ser útil para aliviar los síntomas de las agujetas. La aplicación de hielo puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor, mientras que la aplicación de calor puede aumentar el flujo sanguíneo y promover la relajación muscular. Sin embargo, es importante tener en cuenta las preferencias individuales y las contraindicaciones específicas antes de aplicar cualquier terapia de frío o calor.
En cuanto a la pregunta de si es recomendable desde el punto de vista de la fisioterapia entrenar con agujetas, la respuesta depende del grado de molestia y de la intensidad del dolor experimentado. Es normal experimentar una ligera incomodidad muscular al principio de un nuevo programa de entrenamiento, pero si el dolor es intenso y limita la capacidad para realizar las actividades diarias o el entrenamiento, se recomienda reducir la intensidad o la duración del ejercicio hasta que las agujetas desaparezcan.
La fisioterapia puede desempeñar un papel importante en la prevención y el tratamiento de las agujetas. Los fisioterapeutas pueden utilizar técnicas como el masaje terapéutico, los estiramientos suaves y las modalidades de terapia física para aliviar el dolor y la tensión muscular. Además, pueden brindar recomendaciones sobre la progresión adecuada del entrenamiento, la técnica correcta de los ejercicios y los métodos de calentamiento y enfriamiento para minimizar el riesgo de desarrollar agujetas.
En resumen, las agujetas son una respuesta normal del cuerpo al ejercicio físico intenso o no habitual. Aunque pueden resultar incómodas, en la mayoría de los casos desaparecen por sí solas sin necesidad de tratamiento específico. Es recomendable descansar y permitir que los músculos se recuperen, así como utilizar terapias de frío o calor para aliviar los síntomas. En caso de que el dolor sea intenso o limitante, se debe reducir la intensidad del ejercicio y consultar con un fisioterapeuta para recibir orientación adecuada.